lunes, 10 de septiembre de 2007

Van a tener que sorprenderme entonces!, invoquen algún demonio para romper la rutina!...aún no veo al hombre ni a su escalera!

Sí!; me estoy tomando unos minutos, quizá para mí; y tardaré en entender mi forma de contemplar " la" (¿mi?) realidad...
sí,! hasta asombrarme de no ver en la misma perspectiva que otros (si las facetas humanas no son finitas, son , por lo tanto, incomparables dos formas de razón)
pero tan sólo saber que me detengo a pensar y sacar conclusiones, a decir que no es no, y a decir lo contrario de lo que se afirma, basándome en suposiciones; que quizá y sólo tal vez se harán o no verídicas...
¿pero de dónde las rescato?
Eso en "mi idioma", es tan sólo es lo que suelo llamar "afán"
y sí...en cierto modo, las imágenes se repiten desde distintos planos, superficies, "conceptos"; pero sin más, se repiten. sí!, y las imágenes ¿no son sino invención nuestra? "desvariación".
no sé si me logro explicar, a veces, se torna un tanto complicado en tan pocos caracteres.
A veces la sorpresa es signo de revelación.
¿de revelación o de revolucionarios es de lo que está hecho este mundo?

Pareciera que vivo con una especie de "panzaísmo" (situación en la cual lo extraordinario es visto como normal), con lo cual reduzco a niveles normales las situaciones que pudieran tener características "extraordinarias" (entendiéndose por extraordinario aquello que se encuentra o considera como fuera de lo común)

Es un asunto extraño, posiblemente producto de la búsqueda constante de otras cosas...no soy una persona que se conforme con lo que tiene, ello es un defecto, y por ende avanzo por la vida en búsqueda de alguna situación que represente un asombro significativo.
Ello no quiere decir que no me maraville, ya que ello si ocurre. Ver lo que considero como belleza evidentemente me provoca un sobrecogimiento y hasta un júbilo, pero momentáneo y sólo por la visión de la belleza en cuestión...aunque ello ocurre principalmente ante “imágenes hermosas” y no ante situaciones determinadas

Tal vez me sienta como una persona que no ha visto nada nuevo en el mundo (o que no ha salido de "su mundo"), y que todo en él consista en una mezcla de ciertas cosas que se van repitiendo constantemente pero que siguen siendo indicio de ciertos elementos básicos, ...si con el tiempo dicho pensamiento se ha ido modificando...creo que sólo ha sido en parte...

Veo esta situación desde dos aristas:
- la primera: una poca capacidad de asombro que puede ser vista de forma negativa.
Siempre se ha preferido "la ansiosa ingenuidad para encantarse" de las almas jóvenes, que la crítica..que la reticente...que la pesimista...que la fría... y que la racional posición de las almas más viejas...esas que a falta de asombro "poseen la facultad" de la objetivización de lo ya conocido, y que por ello ¿disfrutan? (¿o se resignan?) de lo cotidiano.
-la segunda: ante lo común, nace el "disfrute" de lo cotidiano tal cual es, de sentir lo que se vive como conocido, y por ello con un agrado "increíble", pero objetivo, sin “parafernalia”, pero real...demasiado real!

...y puede que "yo" esté en un punto medio entre estas dos aristas, ya que últimamente he empezado a disfrutar de lo cotidiano, aunque sigo en la búsqueda de algo realmente "sorprendente y parafernálico".
Puede que el asunto consista sólo en llenar de parafernalia y sorprenderme de esos elementos "comunes" que todas las cosas tienen... tal vez aún tengo 15 y no 70 años..

Pero entonces no es que no me sorprenda: sucede que no lo manifiesto. al menos creo conocer esa reacción y los malentendidos que origina... más bien hay un desfase: justo cuando me sorprendo nadie más lo hace; y justo cuando el resto está sorprendido, para mi no hay nada que valga la pena... lo que lleva a pensar: ¿no me habré equivocado de siglo?
de seguro no he de ser el único que piensa así… pero ya que estamos en esta época, tal vez dicho pensamiento deba acomodarse al contexto, ¿no?, ja!

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