sábado, 28 de julio de 2007


No hay nada màs perturbador que la ambiguedad voluntaria que impone la claridad!
con su complejidad de significados cómplices, pero irreductibles, que asedian perpetuamente con afirmaciones tenaces que al mismo tiempo se niegan...
"a nivel de significación" hoy me interesa "considerar" la relación de dos cualidades opuestas de la realidad: el cambio y la inmovilidad....espectro del uno está implicado en el espectro del otro...
para mi de alguna forma u otra la la teoría del cambio de Heráclito despunta en la idea de la inmovilidad de Parménides....creo haber señalado hace un tiempo en mi creencia de que apenas empieza a brotar una teoría, simultáneamente y de idéntica manera, agoniza....
yo creo que inevitablemente ambos presocráticos son "complementarios"...pero si bien es cierto que sin la inmovilidad no habría cambio, gracias a éste, nada es más contundente que la inmovilidad.
¿son dos realidades o una misma realidad separada en dos mitades?
veamos...Heráclito enseñó que “todo fluye y nada permanece”, y Parménides proclamó la verdad opuesta, ¿seran ambos son "dos bastardos de la filosofía" (como algunos señalan)...o sera Heráclito "medio hermano" de Parménides?...porque hasta donde veo la inmovilidad resulta esencial al cambio ya que, como señala Karl R. Popper, “todo cambio es el cambio de algo; el cambio presupone algo que cambia. Y se presupone que mientras cambia, ese algo debe seguir siendo lo mismo”....

El agua y el vaso están llamados a ser uno...pero son incapaces de ser uno: ninguno se cumple sin el otro, pero tampoco ninguno se cumple en el otro. Es como si a cada uno le faltara la “razón suficiente” de que hablaban los escolásticos, y la suficiente coherencia con relación al otro...pero el hombre con relación al vaso experimenta un ansia incesante que puede colmar por la buenas o por las malas...
...y el vaso “aspira a ser colmado”. Al vaso no le basta su forma. Un vaso vacío es inútil. Caería en la tentación del culto de sí mismo. Sería un vaso "solipsista". Para tener sentido (pues "le atosiga" su vacío)”, el vaso necesita declararse hombre: “desde ahi aspira a ser colmado”.
Asi todo se resuelve en la interacción entre la “oquedad” del vaso que estrecha al agua de manera inaccesible pero que a su vez “cede a la informe condición del agua”.

El agua se desploma y se desbanda en la forma que la recibe, pero ello gracias a esa “cándida prisión"...el agua alcanza otra condición. Traspasa su "catástrofe personal". Gracias a Parménides, al vaso, el agua de Heráclito se torna otra cosa. El agua no sólo toma conocimiento de su cambio, sino de su permanecer en una nueva identidad.
¿Acaso no es esta conciencia la que prevalece ante el terror de la muerte con sentido (muerte en vida) ...como si entre ambos temas, Heráclito y Parménides, el vaso y el agua, la vida y la muerte, se diera una buena correspondencia?

Tales decía que la Tierra se apoya en el agua, sobre la cual flota como un barco y cuando decimos que hay un terremoto es porque la Tierra es sacudida por el movimiento del agua...

En el mundo de Heráclito ya no había estabilidad. Todo fluye, nada está en reposo. Todas las cosas están en movimiento constante, aunque nuestros sentidos no se percaten de ello. No hay cuerpos sólidos. Las cosas no son realmente cosas, son procesos que fluyen. Todas las cosas son llamas , el mundo y la aparente estabilidad de las cosas se deben a las leyes, las medidas a las que están sujeto los procesos del mundo.

Pues todo cambio es el cambio de algo, el cambio presupone algo que cambia. Y aunque esté en proceso de cambio, esa cosa debe seguir siendo la misma. Para la idea de cambio es esencial que la cosa que cambia conserve su identidad mientras cambia.

Todo cambio es la transición de una cosa a otra que tiene cualidades opuestas. Tal es el problema del cambio que condujo a Heráclito a una teoría que distingue entre realidad y apariencia. La verdadera naturaleza de las cosas gusta ocultarse. Sólo en apariencia las cosas son opuestas, pero en verdad son lo mismo.

Para Heráclito nada es más real que el cambio, sin embargo, su doctrina acerca de la unidad del mundo conspira contra su doctrina de la realidad del cambio. Pues el cambio es la transición de un opuesto a otro y si los opuestos son idénticos, aunque parezcan diferentes, entonces el cambio mismo es sólo aparente.

Y de la premisa de Parmènides de "lo que no es no es". Podemos deducir que la nada no existe, significa que el vacio no existe. Así el mundo consiste en un bloque indiviso puesto que toda división de partes pueden deberse a la separación de las partes por el vacío....

...entonces?

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