sábado, 28 de julio de 2007


"...si bien todo fluye y cambia, en todo ente hay ciertos principios de cambio y de permanencia, por cuanto una parte de ellos cambia pero la otra permanece, porque si no fuera así, cambiaría tanto la substancia como los accidentes del ser, lo cual originaria una destrucción de su substancia original lo que no es posible ni probable...
por tanto, la dualidad del kosmos, si bien es correcta, tiene un cierto grado de estancamiento como todo ente que pretende hacer cambios o transformaciones, incluso en una aniquilacion divina o a veces en una creación ex nihilo..."

Desentrañemos el misterio de la vida y aclararemos los problemas y las dudas que esta nos presenta...elevando el nivel de vigilia e iluminando con el brillo de la conciencia el horizonte creciente de nuestra realidad

Hay siempre una cierta correspondencia entre las leyes y los fenómenos de los varios estados del ser y de la vida, y el antiquísimo axioma hermético afirma: «Como es arriba, es abajo; como es abajo, es arriba», la comprensión de este principio da una clave para resolver muchos de los más obscuros problemas y paradojas de los misteriosos secretos de la Naturaleza.
Este principio es de aplicación universal en los diversos planos, mental, material o espiritual del Kosmos: es una ley universal. Este principio puede ser uno de los más importantes auxiliares de la mente, por cuyo intermedio se puede descorrer el velo que oculta lo desconocido a nuestra vida.

Todo está en movimiento, nada permanece inmóvil, (cosas ambas que confirma la ciencia moderna. Y, a pesar de todo, este principio hermético fue enunciado cientos de años por los Maestros del antiguo Egipto). Este principio explica las diferencias entre las diversas manifestaciones de la materia, de la fuerza, de la mente y del mismo espíritu, las que son el resultado de los varios estados vibratorios. Desde el "todo", que es puro espíritu, hasta la más grosera forma de materia, todo está en vibración: cuanto más alta es ésta, tanto más elevada es su posición en la escala. Una perfecta comprensión de este principio habilitaria a a controlar las propias vibraciones mentales, así como las de los demás.

Todo es dual; todo tiene dos polos; todo su par de opuestos, afirmaciones que son de otros tantos axiomas herméticos. Explica y dilucida las antiguas paradojas que han dejado perplejos a tantísimos investigadores, y que decían: «La tesis y la antítesis son idénticas en naturaleza, difiriendo sólo en grado»; «los opuestos son idénticos en realidad, diferenciándose en su gradación»; «los pares de opuestos pueden conciliarse, los extremos se tocan». En cada cosa hay dos polos, dos aspectos, los «opuestos» son en realidad los dos extremos de la misma cosa, consistiendo la diferencia en diversos grados entre ambos. El «Bien» y el «Mal» son los polos de una misma y sola cosa, de comprender y conocer perfectamente el arte de transmutar el mal en el bien se podria aplicar inteligentemente el principio de polaridad.

Todo se manifiesta en un determinado movimiento de ida y vuelta; un flujo y reflujo, una oscilación de péndulo entre los dos polos que existen de acuerdo con el principio de polaridad. Hay siempre una acción y una reacción, un avance y un retroceso, una ascensión y un descenso. Y esta ley rige para todo; soles, mundos, animales, mente, energía, materia. lo mismo se manifiesta en la creación como en la destrucción de los mundos, en el progreso como en la decadencia de las naciones, en la vida, en las cosas todas, y en los estados mentales del hombre.

Todo efecto tiene su causa, y toda causa su efecto. Nada ocurre casualmente y todo ocurre conforme a la Ley.
La suerte es una palabra vana, y si bien existen muchos planos de causas y efectos, dominando los superiores a los inferiores, ninguno escapa totalmente a la Ley.

La generación se manifiesta en todo, estando siempre en acción lo masculino y femenino. Esto es verdad en el plano físico... mental y espiritual. En el mundo físico este principio se manifiesta como «sexo», y en los planos superiores toma formas más elevadas, pero el principio mismo subsiste siempre. Ninguna creación física, mental o espiritual, es posible sin este principio. La comprensión del mismo ilumina muchos de los problemas que tanto han confundido la mente . Este principio creador obra siempre en el sentido de «generar», «regenerar» y «crear». Para el puro todas las cosas son puras; para el ruin todas son ruines.

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