...este mundo en el que son los sapos los que convierten en brujas a los príncipes o princesas...

Hay quienes "son" para otros "algo" sin tener siquiera conciencia de serlo, sueñan como "lo que son", viven "lo que son"y su vida es "lo que son". Es gente que anda por ahì, sìn pensar en la tierra o en el cielo y que actùa en armonìa con algo que algunos no quieren que exista y por ello se confabulan para abortarlo y destruirlo. Es una armonìa que se establece con lo desconocido, por lo perverso, con lo reprimido, con la ansiedad de lo divino y con el deseo de matar, que es igualmente necesario. Esa armonía los hace ser "lo que son", y no tienen conciencia de serlo. Si tuvieran conciencia, quizás todos los prejuicios que existen sobre el significado que para algunos tiene “ser" harían que su acción vital se desvirtuara. Son inocentes. ¿Los hay? Sí!, los he encontrado. Están en los loqueros, a veces debajo del agua...

Cuando esos auténticos "ser lo que son para..." toman conciencia de lo que "son" siendo, racionalizando lo que "son" siendo, esa conciencia los “ensucia” y dejan de "ser" lo que eran en el mismo momento en que lo descubren. El espejo se rompe en mil pedazos.

Hay también gente que tienen conciencia de lo que es ese "ser", a partir de la reflexión sobre lo que están "creando". Y aquí surge otra vez la división.

Están quienes actúan "de", impostan "de" y a partir de la cristalización de la pose y del rol pervierten y depravan el verdadero sentir del "ser". Cuanto más crece el reconocimiento a nivel de masas más pronto se convierten en la máscara, en la payasada de aquello que, como "hombres", alguna vez "fueron".

Hay otros, (los "hay"), que sufren con el peso de esa conciencia y pese a todo intentan mantenerse limpios, lo limpio que se puede ser en esta gran cloaca de la que se gusta morbosear llamada : inercia banal.
La pregunta que se hace esa clase de "seres" es: ¿Estoy vivo o estoy muerto en la gran cloaca?, ¿"soy" o no soy en ella?

...y se responden, con vómitos y balbuceos. El humano en esta raza sabe que está muerto, condenadamente muerto, y tiene miedo de estar muerto y por eso "es". Para escapar de su "muerte en vida"